sábado, 15 de agosto de 2009

Cine: Exorcismo en Connecticut.

Ayer fui a ver una película de miedo, Exorcismo en Connecticut.
El genero de acción y el de terror poseen ambos una dispensa que no se aplica a ningún otro campo del cine:
Si la película es buena o mala es irrelevante, basta con que entretenga.
De hecho casi vamos pensando que va a ser mala directamente, se entiende que será previsible y que la gente en situaciones de amenaza sobrenatural actúa como si fuese idiota.

El proverbial sótano con escaleras eternamente a oscuras, siempre se quedan dentro de la casa por muy chunga que sea la situación y nunca, nunca, nadie cree al pobre cura, ¡ Pero si friki el Gimenez es líder de audiencia!.

Todos estos clichés se encuentran en esta película, incluida la ducha de la protagonista cuando es evidente que se esta poniendo la cosa chunga, es limpia pero no muy lista.

A pesar de ello todos estos elementos no convierten esta película en lo peor del género, las hay mucho peores, pero no contribuyen nada a que perdure en nuestra memoria.

Es otra edición más de Terror en Amityville (1979), pero muy inferior porque en esta los personajes son absolutamente planos. Planos porque en ningún momento te sientes uno de ellos, no ayuda el guión ni los actores que son bastante malos. Un guión que parece construido a base de una rueda de la moda de los sustos y que sin música y escenas entrecortadas no daría ni la mitad de desasosiego. Unos actores que no se creen lo que les pasa y están desde el primer momento en estado de "esto va a se chungo".

Ni siquiera Elias Coteas, un gran actor casi siempre, consigue enternecer con su versión sosa del padre Merrin. Además, en un absurdo del guión, el sacerdote da una serie de datos técnicos dignos del peor Cuarto Milenio sobre espejos, imanes y hierro que no ayudan nada al supuesto climax que se avecina.

Técnicamente la película arranca bien pero su inicio se degrada tan rápidamente que pronto pierdes el interés y te abandonas a los sustos, pero eso no es pasar miedo.Así como un resbalón no es una aventura.

Y no es porque el género no de para más, El Exorcista es una joya y en el género la fabulosa El Ente se come a esta por los pies. Pero desde luego, Exorcismo en Connecticut no pasará a nuestro recuerdo y mucho menos a nuestra colección de blurais.

Pero la película no es tramposa, desde el primer momento se autocalifica como lo que es, un telefilme chusco, un subproducto para la siesta, una película del infragénero "basada en hechos reales", esas de las 15:30.



Un saludo y que aproveche.

1 comentarios:

Esther dijo...

Chico, buena buena no es, pero por lo menos tiene una especie de guión y explica el por qué de los fantasmas, no esos que salen porque sí. Es cierto que los actores son muy malos (véase la cara de la sobrina cuando están todos juntos en la cama protegiéndose con una sábana de acero) y tiene demasiados clichés de este tipo de pelis, pero no has contado el miedo que pasaste tapándote hasta los ojos al principio de la peli. Pasado mañana se me habrá olvidado pero las he visto muuuuuucho peores.

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