Gracias a él nos enamoramos de Audrey Hepburn y sufrimos el amor más desolado con Jack Lemmon y Lee Remick sólo por esas dos películas es un maestro indiscutible del cine.
Quizás lo más famoso de su filmografía, un homenaje al sutil sentido del humor y a la esperanza más meláncolica y hermosa.
Hoy todo es un poco más triste.
Descanse en paz.