Carlos Gardel.

Esta canción maravillosa compuesta por Gardel El Grande auna algunas de las sensaciones más bellamente humanas. El negarse a perder el romanticismo, perseverar en la naturaleza del amor y no rendirse jamas ante el desengaño. La emoción de estar vivo es la emoción del tango.
Es amar con pasión.
Para Noelia, mi pasión.

Fred Astaire.

Top Hat o sombrero de copa, película de 1935 tiene uno de esos momentos que hacen sublime el cine. Dos maravillas de esa época que poco a poco transforman un baile social en un momento íntimo al ritmo de Cole Porter y el maravilloso Cheek to Cheek. Con suavidad y elegancia Fred Astaire nos hace deslizar junto a la hermosa Ginger Rogers con ese vestido de plumas imposible en una idílica sala de baile desierta, como solo puede estarlo cuando la ocupan dos enamorados.
Sigue bailando.

Tiburón

Esta película que contiene para mi el poder evocador de los grandes clásicos cumple hoy 35 años.
Tiburón reune varios elementos que la hacen extraordinaria, una música que trasciende ya el ámbito de la película y que es un símbolo universal de "se avecina algo malo", unos actores con papeles memorables que son Roy Scheider (jefe de policía), Robert Saw (marinero) y Richard Dreyfuss (científico) y un director Steven Spielberg que supo hacer una maravilla analógica cuando no existía ni CGI ni mundos digitales (afortunadamente)
Por cierto, hace poco se encontró en un desguace de coches a Bruce, el tiburón mecánico de esta película. Daba algo de pena y bastante perplejidad el ver que un icono del cine pudiera llegar hasta un lugar tan triste.

Feliz chapuzón.