martes, 15 de enero de 2013

Basta ya.

Tenemos los políticos que nos merecemos, porque no hacemos nada por cambiarlos. Como la mayoría silenciosa y aletargada no se mueve las minorías activas que son muy pocos radicalizan su mensaje.
Esta radicalización no sale de la nada; nuestra clase política parasitaria  acerca sus posiciones cada vez más a un objetivo único: recuperar tanto poder como puedan, poder perdido cuando la masa social unida peleó por derechos civiles, estado de bienestar y garantías para todos.  Para todos los que no tenían, porque esa minoría gobernante ya las tenía. Ni perdió entonces ni pierde ahora sólo garantiza que como el pastel es cada vez más pequeño su trozo siga siendo más grande.
Dueños de gran capital explotan sin piedad a aquellos menos afortunados porque defienden la mentira de que si alguien tiene más es sólo porque lo merece.
Fortunas heredadas ¿Qué hicisteis para merecer nada excepto nacer?
Y el pastel es cada vez más pequeño por vuestra culpa, en una democracia como esta el pueblo NO GOBIERNA, ELIGE QUIEN LO HARÁ.
Luego además de parásitos sois incompetentes.
Hospitales privatizados, farmacias vendidas como supermercados, funcionarios con seguro sanitario privado, aeropuertos innecesarios, televisiones autonómicas, locales, regionales, subvenciones a fundaciones de oscuros fines, educación falsamente concertada, multiplicación de competencias, destrucción del estado, cada vez más seguridad privada en vez de policías.
Como es imposible tanta incapacidad sólo queda una explicación: estas torpezas son deliberadas, no sois incompetentes. Sois el mal.
Yo soy una persona moderada pero cada vez entiendo más la respuesta dura e indignada.
Robáis y mentís rodeados de periodistas serviles y medios de comunicación vendidos.
Tuve familia dedicada a la política y su dedicación fue total, manteniendo su negocio, una herboristería a fuerza de dormir muy poco y trabajar mucho. Ni vivió de su cargo y a menudo le costó dinero. Servicio público es un honor, no un negocio.
Os desprecio porque me habéis mentido, os repudio porque robáis mi sentido de la justicia y me obligáis con vuestra usura moral a recuperar por cualquier medio mi dignidad.

Zaradark.