lunes, 1 de febrero de 2010

Reflejos: Nacimiento de John Ford.

Supongo que hay mucha gente que no sabe quien es este hombre, pero si te gusta el cine deberías venerar a John Ford como a un santo un católico.
Genial director de cine se ha unido para siempre su nombre a John Wayne y al Western aunque una de sus películas más recordadas es El Hombre Tranquilo que transcurre en Irlanda, para mi siempre será el genio que nos regaló El hombre que mató a Liberty Valance y rodó uno de los finales que deberían enseñarse, y se enseñan, en las escuelas de cine, el de Centauros del Desierto:

Su protagonista después de una persecución que roza la locura consigue rescatar a la niña, que devuelve la alegría a la casa donde la familia se reune de nuevo. El héroe agotado por la búsqueda se queda en el umbral y aunque titubea un segundo al final regresa a la pradera porque ya nadie lo necesita y no tiene razón de ser allí. La amargura y soledad se reflejan en esa silueta que se aleja y a la que nadie busca para agradecer u ofrecer cobijo. Es un hombre duro y seco y apagaría algo la felicidad que sienten por el reencuentro con la hija perdida. Enmarcado en esa puerta que se cierra se aleja y como en un viejo libro, las tapas se cierran, ya no importa que será del viejo soldado. Es una historia triste de soledad y a nadie le gustan esas historias...
Un saludo.

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