Llueve mientras la tenue luz del crepúsculo apenas se filtra entre las nubes cobalto que cubren la ciudad milenaria...Y mientras el agua se desliza sin ruido entre los tejados, casi a cámara lenta las gotas densas y pesadas estallan sin ruido como trozos de cristal contra el suelo brillante del sudor oleoso de las calles. Mil reflejos de fuertes colores, rojos, naranjas, amarillos de los semáforos y los anuncios de un mar de cosas sin importancia dan color a la piel de una ciudad vacía de almas. Sólo en algunas ventanas se siente la calided de hogares y gentes que se refugian del desapacible domingo.
Y recuerdo a Schubert y su Ave María.
Llueve sobre la ciudad milenaria y Zaradark descansa entre la oscuridad tibia de sus calles...
0 comentarios:
Publicar un comentario