Leyendo a Elfo Gris y su crítica de este horror me he puesto a pensar que todo se está degradando bastante en esto del cine, si bien es una generalización bastante burda, no deja de ser un sentimiento que acude a mi últimamente.
La última película de acción que he visto en el cine fue Enemigos Públicos, como ya sabréis los que leéis mi blog. Ya en la crítica deje claro que no me entusiasmo, aunque la vi entretenida no creo que dentro de 30 años me acuerde de ella. Quizás ese es el problema, no hay una película que esté deseando ver, seguro de que me conmoverá y que saldré del cine diciendo "dentro de veinte años podré decir que yo la vi en un cine". Y no es que todas sean malas, solo es que todas son sosas.
A pesar de este deprimente monólogo, aún hay esperanzas. El año pasado me dejó un gran sabor de boca Revolutionary Road o la grandiosa Gran Torino, quizás no es que hay menos buenas, es que las malas son cada vez peores.
En ese difícil género del cine infantil, con la exclusión de Pixar, las películas cada vez parecen más empeñadas en creer que los niños son retrasados mentales, con personajes completamente estúpidos cuando no moralmente reprobables.
Hasta el punto de que cuando una película "de niños" tiene chicha lo habitual es pensar que se ha hecho pensando en los padres.
Pues hoy he visto un avance de Donde viven los monstruos y la verdad es que me ha encantado.
Un poco de esperanza en el desierto panorama de cabezas huecas que es el cine "para niños".
Os dejo con Donde viven los monstruos:
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