La historia es bastante conocida, más porque ya forma parte de la imaginación popular que por ser un libro muy leído.
Esta característica ayuda casi siempre a la hora de atraer gente al cine y este caso es una muestra excelente de ello.
Pero el reverso tenebroso de esta característica es que es muy fácil decepcionar cuando todo el mundo tiene una imagen clara de cada uno de los personajes presentados.
En este caso Tim Burton y Walt Dysney han unido fuerzas para afrontar el primer taquillazo pre veraniego.
Que Tim Burton realice una película siempre es bienvenido, su estética personal y la habitual buena dirección de actores hacen que la película encaje con una buena parte del público que se ha acostumbrado a las rarezas del director hasta convertirlas en virtudes.
Esta forma de dirigir y sobre todo esa presentación le proporcionan un público fiel y le obligan a no salirse mucho de un patrón que el mismo ha creado. Ese goticismo algo naif marca de la casa aparece en prácticamente todas sus películas a excepción de unas pocas como Mars Attacks!, una de las más divertidas, Big Fish que para mi es su mejor película y el Planeta de los Simios que es probablemente la peor.
En esta ocasión no creo que Tim Burton se halla separado mucho de su estética, aunque si que ha sido alterada la paleta de colores que pasa de los fríos y negros/grises a una forma multicolor propia de el mundo que representa. Pero las formas retorcidas y los personajes cercanos al histrionismo siguen allí y con momentos bastante memorables.
Por desgracia la película parte ya con un punto algo desquiciado porque los personajes no necesitan ser deformados, ya eran así de extremos antes de que Burton los tomase.
Quizás eso le quita algo de espontaneidad a la película o de el elemento de sorpresa que a Burton tambien le funciona, aunque sea una sorpresa esperada.
Por otro lado los personajes de sus películas tienen un lado terrible y atormentado que los hace más entrañables, queridos y cercanos.
No es el caso y eso es el peor punto de la película. En ningun caso quieres a Alicia, ni sientes la tragedia del líder de la resistencia, el sombrerero, y desde luego la reina blanca parece familia de Pocholo, algo colgada cada vez que aparece en escena, más que la personificación del bien.
Por otro lado el diseño de la producción es extraordinario y la interacción de lo real y lo digital es perfecta. Los personajes son extraordinarios y tanto el gato Chesire como los conejos son auténticas maravillas que marcan una nueva referencia en cuanto a la inserción de personajes digitales con artistas reales.
Por desgracia si los personajes no te importan todo lo demás se convierte en pirotecnia que te entretiene, la película es muy divertida, pero se olvida pronto.
Todo el mundo recordará a Eduardo Manostijeras porque era imposible no quererlo pero de Alicia no se escribirá nada dentro de un mes.
Y esa es la esencia de cualquier cuento y todas las películas son eso, cuentos.
Una historia más o menos interesante pero con personajes a los que amar, con los que te vincules. Porque así te importará lo que les suceda.
Por desgracia Alicia no es la protagonista, sólo una guía por unos decorados excelentes.
Un saludo.
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