Esta es la última película de Peter Jackson, un director que ha conseguido por fin un control total de sus proyectos tras el éxito merecido de la trilogía de el Señor de los Anillos.
Jackson es un hombre que ha variado su estilo con los años para irse adaptando al gusto del público pero sabe mantener bastante bien el pulso de las historias que cuenta y darles cierto toque personal.
En esta película adapta la novela homónima de Alice Sebold (Desde mi cielo, en España) sobre la muerte y violación de una niña de catorce años llamada Susie Salmon. Tras su muerte vaga en una especie de Limbo particular con otras niñas, un lugar idílico y muy cercano a un sueño, cambiante y lleno de referencias a su vida anterior. En este mundo intermedio ella observa como espectadora la evolución de su familia y como esta se desintegra tras su muerte al intentar cada uno de sus miembros aceptar lo atroz de la noticia. Por otro lado su asesino, un vecino, también es observado mientras planea matar a la hermana de Susie. En ese mundo personal y reflejo de los sentimientos de la niña ella aprenderá a aceptar la separación de sus seres queridos y romperá sus vínculos para poder seguir cada uno sus destinos. Toda la obra pretende transmitir cierta sensación de ternura y de una mirada limpia propia de la niña. Algo que contrasta claramente con el profundo miedo y odio que siente hacia su verdugo. Pero quizás ahí es donde se produce el fallo. La película no llega a transmitir nada. Es un mundo preciosista y lleno de hermosos detalles pero resulta tan artificial que pierde credibilidad. No es que sea técnicamente malo, es un ejercicio de precisión y diseño espectacular, es que resulta frío. Quizás intentando huir del dramatismo, algo que la película consigue dentro de lo terrible de la situación, pierde el punto de humanidad que requiere para que te identifiques con la pequeña.
Por otro lado el reparto actúa con gran calidad y forma un grupo de telento y peso, dando el adecuado contrapunto a los efectos especiales, Mark Wahlberg (Padre), Rachel Weisz (Madre), Susan Sarandon (Abuela y la mejor de la película), Saoirse Ronan (Susie Salmon) y Stanley Tucci (El Vecino) dan un ejemplo de actuación pero sufren lo flojo de su caracterización. Además el asesino cumple a la perfección con todos los clichés, tanto que sorprende que no lo detengan al salir de su casa. Por otro lado, la abuela es el personaje más carismático de la historia y es allí donde Susan Sarandon destaca por encima de todos dando vida a el motor vital de esa familia hecha añicos.
La música está compuesta por Brian Eno y enlaza a la perfección con las escenas del mundo "entre dos mundos" de Susie.
Pero al final, a pesar de que todos los componentes son de gran calidad el resultado no llega a fraguar. La historia pierde fuerza y los personajes no emocionan. El punto de partida se desdibuja y la tragedia no llega a ser el detonante ni el vinculo que te una a la vida de Susie. Los paisajes se convierten en bellas postales en vez de hacerte sentir la emoción y la inocencia y la búsqueda de redención del padre o el viaje de la madre nos dan un poco igual. Es uno de esos casos donde cada ingrediente por separado resulta superior a la suma final.
Por eso a pesar de que su director tiene un probado valor no puedo dejar de pensar que Peter Jackson ha fallado al contarnos la historia. No ha sabido cocinar los excelentes ingredientes para potenciar los sabores de cada uno de ellos. Ha conseguido un buen plato pero muy lejos de lo que uno espera de estos ingredientes: Alta Cocina.
Un resultado tibio pero que seguramente debe ser degustado en cine, si el mundo de Susie se aprecia bien es en una gran pantalla. No es una mala película, es que es sosa.
Un saludo y que aproveche.
1 comentarios:
En realidad es horrible, todo lo que paso a Susie, no hay que se tan curiosas y ni siquiera hacer caso a las personas desconocidas.
Muy buena la palicula, a la vez triste.. pero muy bueno.
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