James Cameron es un director que desde hace tiempo da la impresión de que sólo hace las películas que le apetece y exactamente como le apetece. Tanto técnicamente como en desarrollo, algo que es habitual en el cine "de autor" con gente como Terrence Malik o antes Stanley Kubrick pero que en el género de cine de acción es algo muy raro.
Porque Avatar es sólo eso, cine de acción con épica en grado máximo. Pero como ocurre a veces en esto del cine, ese "solo" esconde una trampa. Porque definir una película por su género es como decir de una persona que es hombre o mujer, falta información que nos haga definir ese ser único entre los millones que existen y han existido.
El choque cultural entre dos civilizaciones imposibles de hermanar es el marco en el que un héroe a camino entre ambos mundos deberá tomar partido por la supervivencia de un solo bando, no hay duda de quienes son los buenos durante toda la película y no existe dilema moral. No se trata de eso, es básicamente ese choque el que Cameron desea filmar y cómo se desarrolla la guerra entre ambos contendientes.
Pero lo que marca la diferencia es la gran calidad con que se consigue retratar a los protagonistas, humanizando cada pequeño detalle de los Na'vi hasta hacerlos más reales que los protagonistas humanos, a los que se muestra mucho menos expresivos que sus contrapartidas digitales.
Así como Gollum conseguía gracias a la calidad de la película que olvidásemos su virtualidad en este caso todo un mundo inexistente se nos hace creíble por mor de una historia sólida y bien contada que nos hace sentir real un mundo y una civilización que sólo existen en la imaginación de su creador. Y por supuesto en el talento artístico de los profesionales y artistas que han construido cada pequeño detalle de este universo.
La capacidad de expresión de cada animal y ser consciente de esta obra es, por fin equiparable a un ser humano, algo que si fuese actor me preocuparía bastante. Si bien, por seguir con el ejemplo, Gollum era en gran medida un histrión los Na'vi poseen un gran registro de sutilezas que los hace mucho más creíbles a la hora de empatizar, no hay planos fijos cada momento puedes observar respiraciones, movimientos oculares, el pelo o las suaves tensiones de la piel al moverse en un soberbio acto de anatomía aplicada. Pero es necesario insistir en que el punto fuerte de la película no es técnico.
La historia, la razón por la que se deben hacer las películas es buena e interesante y lo más importante: esta muy bien contada.
Sam Worthington realiza una buena interpretación donde resalta una capacidad expresiva centrada más en sus sentimientos que en su aspecto completamente opuesta a la que realizaba en Terminator: Salvation. Por otro lado ver de nuevo a Sigourney Weaver es un lujazo y es con diferencia la presencia más poderosa de la película, es una pena que no la veamos más a menudo.
Mención especial para un secundario extraordinario, para mi lo mejor de Enemigos Públicos y un malo de los que hacen historia, Stephen Lang, el Coronel Quaritch. Una definición de malo de verdad, de los que con verle los ojos ya sabes que con el no se juega.
Y es que lejos de centrarse en la parte técnica solamente, la cuidadada elección de actores es el comienzo de la labor, difícil, de hacerte creer lo que estas viendo. Al reparto se añaden MichelleRodriguez y Giovanni Ribisi consiguiendo un núcleo excelente para ambos bandos, que se definen en la primera parte de la película de forma impecable.
Tras la presentación de los humanos comienza el espectáculo visual que es Pandora (el mundo donde se desarrolla la acción) y sus habitantes con lo que termina la primera mitad de la película.
El resto nos entrega acción pura y dura, donde la guerra es un espectáculo épico que no está exento de cierto lirismo con imágenes de gran belleza y cierta crueldad. No olvidemos que esto no es Platoon, es cine de acción. Si has visto Aliens verás que Cameron tiene un gran pulso para este tipo de escenas. El hundimiento del Titanic también mezclaba escenas de belleza y fuerza visual a partes iguales.
Es decir, como película es excelente. Divertida durante los 161 minutos de duración y con matices ecológicos y antibelicistas suficientes para verla como algo más que una ensalada de tiros. Como pasa con clásicos como Los Cañones de Navarone. (El que me conozca sabe que esto es un gran cumplido). Como referencia más clara, Indiana Jones no trata sobre la libertad y el nazismo, es una película de aventuras. Pero una gran película.
Para los que esperen un elogio técnico, sólo una cosa. El mejor elogio que se me ocurre es este: Técnicamente es tan buena que da igual porque no te gustará por sus efectos, si no por lo que cuenta.
Pero me reservo la opción de escribir al respecto.
Un saludo y que aproveche.
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