lunes, 5 de julio de 2010

Literatura: La elegancia del erizo.

La elegancia es un libro amable y singular. Narrado en clave epistolar, en parte. Trata sobre el breve tiempo que transcurre desde el momento en que sus dos protagonistas toman conciencia la una de la otra. Por un lado Renée, una portera, que a construido una imagen pública basada en clichés para protegerse de un mundo que teme. Por otro seguiremos las páginas del diario de Paloma, una niña muy inteligente pero que ha decidido que no quiere vivir. Ambas tomarán conciencia de si mismas con la llegada de un nuevo inquilino a la casa, un japonés que las verá de una manera distinta a como ellas se ven a como quieren ser vistas.
Quizás ese sea el mayor acierto del libro. La capacidad de mostrar a la vez que cada persona tiene una cara pública, que es como quiere mostrarse y otra más oculta, que es como se ve así misma.
No tienen porqué coincidir y además dependiendo de la habilidad la forma en que te muestras a veces, no coincide con la forma en que te ven.
Renée es una maestra en esta suerte de camuflaje y refujiada en todos los tópicos posibles a construido la imagen pública de la portera clásica, con todos sus defectos. Así sobrevive completamente (o casi) aislada mientras trabaja en una casa parisina de alto copete con unos propietarios no menos tópicos.
Pero Renée en el fondo es un espíritu cultivado y sensible que vive en su interior buscando la belleza del conocimiento y las artes. Por desgracia ese es el mayor defecto y acierto del personaje. Transmite la ternura necesaria porque nosotros como lectores vemos más allá del caparazón, la carne tierna y sensible que hay debajo. Por otro lado la propia Renée juzga sin piedad a los propietarios y a menudo los define con clichés convirtiéndolos en parodias, como ella misma lo es a ojos de los demás.
Esta imagen la rompe Paloma.
Paloma es la hija menor de uno de los propietarios y es una brillantísima niña que ha decidido no claudicar ante la vida suicidándose en su trece cumpleaños. Solemne como sólo pueden ser los niños desgrana en las páginas de su diario los planes para su vida y lo que pretende ser su legado.
Paloma como Renée son víctimas de como ven el mundo, no poseen coraje suficiente para salir y mostrar sus almas desnudas a pesar de que ambas son inteligentes y cuentan con mejores armas que la mayoría de sus congéneres. Ambas se refugian y huyen hasta que un tercero, el señor Kakuro Ozu les mostrará que sus estrategias no son perfectas.
Escrito con sencillez y habilidad de folletín este libro se lee con tal facilidad que cualquier lector puede acabarlo en un par de días. Te atrapa porque sus personajes son fantásticos y tienen la magia de los cuentos. Pero no es un libro amable, si quieres sacarle "jugo" es muy posible que pierdas parte de la magia pero recuerdes durante mucho más tiempo el libro cargado de simbolismo y con muchas referencias críticas a como pasamos por la vida.
yo recomiendo no abandonarse a los excelentes artificios y la prosa suave e intentar ver más allá de la historia, intentar ser un poco como Kakuro y no ver "La historia de una portera listísima en una casa de ricos lerdos y Paloma una niña adulta rodeadada de adultos infantiles".
Ver como el libro trata sobre el miedo a ser nosotros mismos y como hasta el más inteligente tiene pavor a fracasar con las cartas que le han tocado. Como sólo la experiencia cuando sirve para crecer te hace sabio. Que sabiduría e inteligencia no son lo mismo. Que ser feliz requiere algo de audacia, porque exponerte es peligroso pero es la única forma de descubrir el gran tesoro: Que hay gente que te quiere a ti porque eres tu.
Para los que han leído el libro:


Un saludo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

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