martes, 18 de agosto de 2009

Breve historia de la Astronomía : Los orígenes, desde la observación directa hasta el telescopio.


Durante mis últimas vacaciones visité el Alcázar de Segovia, resultó que en lo profundo de sus mazmorras se desarrollaba una exposición centrada en Alfonso X y su afición a la astronomía.
Dos hechos llamaron mi atención, como esta ciencia es de las pocas que aún hoy puede desarrollarse a nivel individual y como sigue teniendo un gran nivel de desconocimiento para el público, cosa que es aún más extraña pues es una de las ciencias más populares (al menos por interés despertado).

Comentando esto con una amiga me propuse hacer una breve historia de esta ciencia. Como debe ser breve pero tener un mínimo de sustancia, la dividiré en tres capítulos, a saber:

Los orígenes, desde la observación directa hasta el telescopio.

La observación y matemáticas, de Galileo a Newton.

Astrofísica: mas allá de lo que tus ojos ven espectroscopia y radio telescopios.


Empecemos:

Los orígenes, desde la observación directa hasta el telescopio:

El origen de esta ciencia al ser puramente observacional, sólo necesitas ojos y algo mucho menos común: curiosidad, es tan atíguo como el ser humano.

La observación trajo ciertas ventajas, convirtiéndose en una ciencia aplicada desde sus inicios, como forma de medir el tiempo a corta escala (una noche) o a una escala mayor como ayuda a las cosechas y quizás previamente como forma de prevenir los cambios estacionales.
Algo muy importante si eres un nómada y recorres zonas dependiendo del tiempo, lluvias, invierno etc.
Se cree que es allá por el Neolítico cuando el ser humano pasa de nómada a recolector, es decir que según el lugar del planeta estamos entre el 8000 y el 4000 a.C. Es debido al final de la glaciación y quizás con ciertas mejoras técnicas en sus herramientas la humanidad pasa gradualmente desde un nomadismo generalizado a cierto sedentarismo, gracias a la agricultura y la ganadería.

Aun hoy en día se toma como referencia el cielo, en especial las fases lunares, para cultivar o para la cría de ganado.
Debió quedar muy arraigado el estudio atento de nuestras estrellas y satélite cuando 10000 años después aún guardamos ese recuerdo. . .y algunos restos impresionantes.

Stonehenge, quizás el más famoso de los antiguos observatorios con sus 5000 años de edad representa un hito en este periodo neolítico, con diversas funciones a lo largo de la historia la situación de sus piedras demuestra una minuciosa observación celeste y es calendario y observatorio además de contener diversas funciones religiosas. (es la foto de cabecera).

En Europa, concretamente en Nebra se encontró lo que hasta hoy es el primer mapa celeste creado por el hombre. Se le conoce como Disco Celeste de Nebra y tiene 3600 años de antigüedad.
Tiene un diámetro de 31 por 32 cm y un grosor que aumenta desde el exterior hasta el interior, desde 1,5 mm a 4,5 mm. Está arqueado y es ligeramente cóncavo.
Asombra el conocimiento avanzado de aquellas gentes en el campo de la astronomía. Uno de los arcos representa la salida del sol y el otro su ocaso. El ángulo que abarcan, ochenta y dos grados, equivale al ángulo que forman el orto y ocaso solarentre el solsticio de invierno y el de verano en la latitud en que fue encontrado (El orto corresponde al instante en que el sol asoma sobre el horizonte, y el ocaso se produce cuando el disco solar ha desaparecido completamente.).
Pasarían mil años hasta que las matemáticas hicieran entrada en esta ciencia, y vinieron para quedarse.

Aristóteles (384-322 a.C.), un gigante de su tiempo contribuyó a la astronomía de tal forma que consiguió mantener sus teorías durante más de mil años. Influyó tanto en su tiempo como en los venideros, por desgracia estaba totalmente equivocado...Concibió un universo finito y perfecto más allá de la luna y un universo imperfecto por debajo de esta todo ello orbitando en círculos perfectamente concéntricos con un núcleo: la Tierra.
Es un ejemplo de brillantez extrema, tan inteligente que supo convencerse a si mismo y a la humanidad de una idea totalmente erronea.

Poco después de la muerte de Aristóteles nacería en Samos un hombre de valor y astucia sin par, Aristarco (310–230 a.C.).

Aristarco era un buen matemático y sobre todo no tenía miedo a sus propias conclusiones, conclusiones que venían de una observación deshinibida de la realidad.
Una noche, tras repasar sus observaciones en su cuarto de la Biblioteca de Alejandría se dio cuenta de que Venus y Marte describían trayectorias erráticas, que parecían volver sobre sus pasos en el cielo. Pero eso era imposible, si estaban en orbitas circulares centradas en la tierra ese tipo de trayectoria era imposible.
Pero era lo que el veía, ¿quien tenía razón, el poderoso Aristóteles o sus ojos?

Tras mucho pensar, en matemáticas y seguramente en su futuro si se enfrentaba a las teorías existentes dio con una solución descabellada..Si el Sol fuese muy grande, mucho mayor que la tierra...esta podría orbitar a su alrededor junto con los demás planetas y eso explicaría lo extraño de las órbitas supra lunares..¿como demostrarlo?
El creo el siguiente diagrama,
Aristarco calculó el ángulo entre el Sol y la Luna (beta) cuando ésta se encontraba en el primero cuarto. Es decir cuando alfa medía 90º. Entonces midiendo beta, (si una sombra era mínima en la tierra, entonces la luz era un radio perfecto entre el sol y esta), podía resolver el rectángulo. Observó que la distancia Tierra-Sol era mucho mayor que la Tierra-Luna y que, por consiguiente, el Sol tenía que ser mucho más grande pues sabemos que tanto el disco solar como el lunar tiene un diámetro aparente de unos 32 minutos de arco( es decir parecen del mismo tamaño al ojo desnudo). Fue quizá la idea de un Sol tan grande la que le indujo a pensar que debían ser el resto de cuerpos más pequeños los que orbitaran a su alrededor.
Fue la geometría usada con valor la que le condujo a la verdad, por desgracia nada queda de su teoría, solo es nombrado brevemente por Plutarco y Arquímedes pues su legado se perdió en los incendios que destruyeron la Biblioteca...

Que maravillas se perdieron entre las llamas, cuanto conocimiento y valor intelectual jamas serán conocidos.

El modelo de Aristóteles, por desgracia encontró otro brillante defensor tres siglos después igualmente equivocado...Tolomeo.

Tolomeo (100-170 d.C) fue un gran hombre de ciencia, en parte. Gran observador y matemático fue también, la némesis de Aristarco. Prefirió acomodar lo que veía a lo que pensaba...un defecto muy humano. Su trabajo consistió en estudiar la gran cantidad de datos existentes sobre el movimiento de los planetas con el fin de construir un modelo geométrico que explicase dichas posiciones en el pasado y fuese capaz de predecir sus posiciones futuras.
Creo un modelo geocéntrico mucho más complejo que el Aristotélico pero igualmente equivocado.
Hay otro campo que se benefició de su genio fue la óptica, donde exploró la refracción y la reflexión. Su obra Óptica es un gran tratado sobre la teoría matemática de las propiedades de la luz.
Creo relojes de sol y astrolabios y contribuyó a la geografía de manera fundamental, por desgracia también a la astrología, que bebe de sus errores y no ha cambiado un ápice desde su tratado Tetrabiblon que es seguido hasta el día de hoy por legiones de analfabetos científicos que llamamos astrólogos y su caterva de ignorantes sin fin (que beben de un libro que describe los horóscopos y como orbitan alrededor de la tierra, centro del universo).

Es triste que esto último sea aquello por lo que será recordado este genio de su tiempo.
Y en su genialidad frenó la astronomía durante los siguientes catorce siglos.

Hasta la llegada del telescopio...

Un saludo y que aproveche.

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